viernes, 18 de marzo de 2011

En aquel escenario que era su vida, con las luces justas y en la ausencia de miradas ajenas, ella se puso de pie y bailo, bailo ¡cómo nunca lo había hecho!... La pequeña sirena se movía entre pisos de madera, su cola ya no existía ahora se veían sus hermosas piernas en un cuerpo adornado con un hermoso vestido de tirantes finos y flores… Hermosa princesa de los pies fríos y el alma descalza, ¡danza! ¡danza!....

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