Existen las almas que trascienden más allá de la piel…
Almas para las cuales el universo no conspira, pero si lo hace el movimiento, la poesía, la música e incluso el pensamiento que detiene el tiempo…
Almas enemigas del encuentro del cuerpo, no se entienden con el tacto solo se entienden con miradas que desvanece el viento y trastornan el pensamiento…
Almas que se esfuman entre la multitud pero se hacen solidas en sueños…
Almas…
-Ema.
Sophia era una mujer tan hermosa como delicada, tan perfecta como vacía, con tantas ansias como pocas alegrías… Sophia era un cumulo de necesidades y ansias de locura, desenfreno…
Una tarde se encontró caminando, navegando en su mar sin movimiento, el que iba en tal caso, con su viento perfecto; ni un cabello de día a ella se le despeinaba… de noche este pocas veces otra cosa reflejaba…
Estaba aquel artista, tan despeinado como atolondrado, tan frió de humor como cálido en opiniones… estaba él y las ganas de ella… estaban ellos, pero tan solo ella…
Ella lo miraba y buscaba llegar más allá de los limites que su rigidez física le permitía; nadaba tan profundo y tan hondo, que la humedad le hacia caer en cuenta de que nadaba en el limbo de sus pensamientos, de la estática y de la irrealidad y solo así podía despertar de sueños y pensamientos que no iban a ningún lugar… que solo en su imaginación se podían realizar…
-EmA
Michelle era preciosa, sus ojos eran luz, su boca era deseo, sus cabellos eran una enredadera de la que no te podías zafar… Ella era adictiva, provocativa… suculenta tanto al tacto, como al gusto y ni te comento a nivel mental… esa mujer era indescriptible… Muchos pensaban que era un enigma, un acertijo; un juego macabro donde podías terminar muerto, pero ella te hacia el ser más vivo hasta el último momento… Mujer volcánica, sentimental y carnal…
Solo tenía una debilidad, los hombres como ella, esos letales... Necesitaba de su veneno, muchas veces de eso se nutria, cuando por ellos no moría…
Si la vez por la calle, miras a la más excitante ruleta rusa que te puedes jugar, pero con tus sentimentalismos no te vengas a encontrar, ella juega a matar, ya te lo dije, no a sentir… solo juega a morir, al éxtasis y a ¿vivir?...
Pobre Michelle, divina mujer…
-EmA
En aquel escenario que era su vida, con las luces justas y en la ausencia de miradas ajenas, ella se puso de pie y bailo, bailo ¡cómo nunca lo había hecho!... La pequeña sirena se movía entre pisos de madera, su cola ya no existía ahora se veían sus hermosas piernas en un cuerpo adornado con un hermoso vestido de tirantes finos y flores… Hermosa princesa de los pies fríos y el alma descalza, ¡danza! ¡danza!....