miércoles, 19 de enero de 2011


Hoy escuche a un sr. que trabaja en la construcción cercana a mi casa, cantando, el sr. estaba con su grupo de amigos trabajadores y obreros, a cualquiera le pasaría por desapercibida tal situacion, quizás a otros les molestaría o solo chistarían de ello. A mi me dejo lela, escuchaba y buscaba el mensaje a través de lo que cantaba, lo hacia sobre su vida, ideales y revolución, mas personal que politica. No era un vallenato o cualquier otro tipo de canciones, a las que por estigma social se tienden a asociarles, por su trabajo.

Mucho más tarde estando en mi cocina escuche música clásica, proveniente de alguno de los apartamentos cercanos. En ese momento imagine a una mujer de clase alta, rubia, de ojos hipnóticos, con un labial rojo, falda ajustada a la rodilla y suéter verde oscuro; escuchaba un tocadiscos antiguo, con los ojos lloroso y la mirada perdida.

sí, mucha imaginacion, pero ahora te cuento la suma de las partes y pensamientos, con sus imagenes…

Hice como un recuento momentáneo, pensé en mujeres, las mujeres que existían detrás de esos hombres… en ese momento me encontraba pelando unas papas y pensé en las mujeres que esperan a sus hombres de la guerra, también…

Entonces de repente lo entendí, tenemos en nuestros huesos, corazón, mente y piel, la genética del amor incondicional hacia nuestros hombres y el cuidarlos… claro, hablando de los buenos, no de esos que tanto amor los vuelve inútiles e imbéciles con sus propias mujeres.

Imagine historias…

En el primer caso una mujer humilde que besa a su esposo cada mañana y le da desayunos en la madrugada, con la grandeza de lo que le cocina, siendo poco lo que tienen para comer. Ademas le remienda la ropa, pues su hombre siempre debe verse impecable, no importándole en su trabajo se ensucie, pues trae a su casa pan y dinero limpio, no como otros hombres del barrio…

…en el segundo caso, esta mujer es en material, increíblemente rica pero en sentimientos se siente cada día mas miserable… recuerda con anhelos la época en que su esposo eran tan solo su novio, la llevaba a las mejores galas luciendola como su mejor tesoro. Ella eso lo veía en sus ojos… lo que no sabia, es que su esposo se partía el lomo trabajando para mantener a su tesoro en lo alto y rodeada de oro, él pensaba que verla “feliz” era su mayor logro, pero ella no lo sentía así, no se lo podía decir, solo quería verlo “feliz”. él a cada instante extrañaba tener cerca sus labios color carmín….

Por ultimo, la muchacha que pelaba las papas imaginaba a su novio en la guerra, lo mal que debía estar comiendo y cuanto quería que estuviera él de regreso para prepararle mejores comidas, guisados, pollo al horno, carnes, hasta las papas fritas con mucho ketchup, que el amaba…

En resumen, en sí, estas mujeres pasaron de generación en generación a nuestra genética, ese chip de cuidados y cariños, que se enterró en sus huesos desde el primer día que amaron hasta el ultimo, por esos hombres que cada día hacían su vida mejor, les daban lo mejor de sí y las hacían mejores mujeres…

Es un escrito tan para ellos, que no se aleja de ellas…

¿Me comprendes?…

-EmA